Solo se encuentra lo que no se busca

Cientos de veces por día me cruzo con mi tijera, pero cuando la busco ella nunca jamás está disponible.
La cinta, en mi casa nunca encontrás cinta ni alfileres de gancho cuando los necesitas, el resto del tiempo se florean burlones delante de nuestros ojos.
Podría estar todo el día dando ejemplos de estos.
Cuantas veces nos hartamos de buscar algo, nos convencemos que jamás lo vamos a encontrar, levantamos la vista que buscaba por el suelo, y zas! aparece ante nuestros ojos cansados.
Otras, uno trata de burlarse de la vida, diciendo ¿esto? No, esto yo no lo busco…y esta nunca se deja burlar, en algún momento nos demuestra que las cosas no van hacia donde queremos, si no hacia donde vamos a estar mejor.
Tampoco se trata, supongo, de ir en la dirección contraria, se trata, repito creo, de poner todo de uno, de maximizar las ganas y la fuerza, pero sin la impaciencia de forzar situaciones, de encuentro o de búsqueda.
Hablo de caminar sabiendo lo que buscamos, pero sin la total certeza de que vamos a encontrarlo, con la esperanza, pero sin la exigencia. No creo que sea una actitud pasiva ante la vida, al contrario.
No sé si esto que escribí termina o empieza acá, si es una búsqueda o un encuentro, camino de ida o de vuelta. Me basta saber que es un camino y los caminos son bienvenidos todos los días.