jueves, 4 de junio de 2009

Relatividad

Nunca supe verte con los ojos nublados, cuando el alcohol pudo más, siempre escapé antes de que me pudieras hablar.

Me toco no buscarte cuando te quería llamar, elegí no tenerte cuando golpeaste la puerta.

Sí, la vida es un vaivén, un día decís que no, aunque te lo esté pidiendo, al otro un si me es indiferente.

A veces el orgullo puede más, siempre pesa más la verdad, como también siempre va a doler más.

Por alguna extraña razón cada vez que me estoy yendo, necesito encontrarte. Mirarte aunque sea un ratito para que sigas impreso en mi memoria.

A veces me gusta ver como todavía nos estamos entendiendo a pesar del paso del tiempo.

Hemos podido levantarnos de todo, superar cada herida. Estar en cada despedida con una sonrisa que no se exteriorizaba porque le gustaba pasar inadvertida.

Necesito sonreírle a cada uno de los besos y mirar con cariño cada abrazo.

Hay sonrisas en cada esquina y en otras hay historias, un día aunque hayas tenido los ojos inútilmente toda la vida, aprendes a mirar y descubrís que todo ese tiempo fue necesario que necesitabas ese espacio donde descansar tus letras.

Vas caminando lento, cuando te das cuenta que podés correr y ahí todo se vuelva distinto, sí, es verdad, cuando corrés es más probable que te tropieces por la velocidad. Pero luego quien podrá robarte ese tiempo en el que corriste y más aún quien podrá quedarse con ese tiempo en el que te recuperaste de la lastimadura.

Sí, también tenés razón, todo es relativo como siempre te encargas de recordarme. Quién puede saber que hará el tiempo con nosotros, cuánto tiempo durará lo eterno y cuánto de eterno tendrá lo pasajero.

2 comentarios: