martes, 13 de enero de 2009




Cuando me atrevo a cruzar los límites que yo misma impongo, soy yo.
Cuando atravieso las fronteras que invento, también soy yo.
Cuando reconozco lo que me pasa y lo que siento, trato de ser sólo yo.
Soy un poco lo que me hirieron, un poco lo muy feliz que me hicieron, soy las sonrisas que regalo, pero a veces suelo ser sólo las que guardo.
Un retrato sin terminar y un cuadro impostergable por momentos.
Una especie de reclamo, un me planto aquí y algo voy a cambiar.
Soy apenas un poco de todo lo que quiero ser y un poco de cada persona que quiero.
A veces soy el tiempo que malgasto, las miradas que desprecio y todo lo que no supe aprovechar.
Sé que un día me voy a distraer y te voy a hacer creer cosas en las que no creo.
Soy lo que entrego, lo que guardo para mí y lo que sólo ofrezco.
Soy una parte de una vida obsequiada.
Soy los laberintos que dibujo, los enredos que construyo.
Soy espacios que no cierran y paisajes que atrapan.
Soy una parte de lo que creí que sería hoy.
Soy lo que escribo, soy sensible, soy lo que dibujo y por sobre todos los trazos que aún permanecen en mi mente...

1 comentario:

  1. esta increiblemente puesto... lo maravilloso de todo (por lo menos para mi) es saber que estamos y estaremos y venimos hechos de absolutamente todo lo que nos rodea, y mejor aún es saber ser uno mismo para que las cosas sean en consecuencia a eso, y no al revés...

    me alegro de encontrarme este blog, rincones así valen la pena... que estés bien

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